El ultimo día en la isla, nos fuimos conduciendo unas motos que parecían de juguete. Recorrimos la parte este de la isla y descubrimos rincones olvidados entre cruces de palmeras y aguas turquesas. Parecía que la isla tenía una cara oculta. Desaparecían los complejos turísticos y el lugar se mostraba más salvaje. Únicamente encontrábamos algunas motos aparcadas en las orillas de playas desiertas. Otra bandera queda pendiente para clavarla en una futura ocasión. Playas tranquilas, con blanca arena, fina no, finísima. Sin las dichosas aglomeraciones, donde únicamente la escasa comodidad se ve compensada con creces, por el maravilloso paisaje. Vimos pequeños amarraderos donde ya no faena ningún barco. Antiguos bungalós de aspecto salvaje, camuflados entre la vegetación, invitaban a quedarse en su sombría estancia. Techos de paja, paredes de caña, sillas de bambú y restos traídos por el mar, convertían el lugar en la nueva casa de Robinson Crusoe.
Al final, después de unos cuantos días de playa, abandonamos la tranquilidad y llegamos al bullicio de la capital. Bangkok nos esperaba con su acostumbrada estampa. Era temporada alta y el barrio estaba lleno. Cada día, por la mañana me escapaba del tumulto de turistas de Kao San Road y me dirigía a redescubrir rincones ocultos de la ciudad. Pasaba el tiempo rebuscando como un indigente, dedicándome a investigar entre infinitas callejuelas para encontrar cualquier objeto que me atrapara en su atención. Mientras, Jordi y Nuria, se aposentaron en hoteles más decentes. Mi economía, castigada por el ajetreado ritmo de los últimos días me invitaba a hospedarme en estancias más humildes.
Muchos contrastes venían a mi cabeza, abandonada la playa, la ciudad se mostraba envuelta de oscuros abismos, con sabores amargos, humos lacrimógenos y olores a submundos de alcantarilla. Aceras donde no nacen las flores. Paredes provisionales, construidas con arena de playa introducida en sacos. Muros transitorios con huellas de marcas, indicando el nivel del agua de pasadas inundaciones. En el cielo, ya no brillaban las estrellas, apagadas por el reflejo de edificios devorando la oscuridad. Sudores fríos en la noche, me aliviaban junto con tragos cortos, acompañados por la ley seca del Sr Jack Daniels. Las tres hélices del ventilador anclado en el techo de la habitación, movían mi sombra y aportaban aire fresco a mi ratonera. Así, el leve frescor, evitaba encontrarme con el olor de fregona sucia de suelo de bar. Una mañana me dirigí hacía la embajada China para obtener información acerca del visado y del tiempo que podría permanecer en el país, pero únicamente obtuve un par de formularios para rellenar. Todo lo demás fue imposible, una máquina lo dirigía todo. El tiempo se acaba para todos, así que, sin darnos cuenta, nos despedimos de Nuria, la Berenjena. Acabó sus últimas horas luchando contra el regateo de precios sin etiquetar, donde al final, ambas partes se creen ganadoras. Pero antes, nos habíamos reencontrado con Jordi y Mar que se disponían a realizar sus vacaciones acompañándonos en algunos de sus días.
Adiós Nuria, hasta la próxima. Has demostrado con creces que eres una todo terreno y que te adaptas a cualquier situación. Ahora que te has ido, notaré a faltar esas galletas o cualquier tipo de dulce que por arte de magia aparecían de tus bolsillos sin fondo, cuando cansados por el pedaleo, no nos quedaba nada que llevarnos a nuestro vacio estomago.Por cierto, el último día en la capital tuve un pequeño percance con la policía, creando unos momentos de tensión que más vale olvidar. Se ve que querían cobrar un sobresueldo y no tuvieron suerte.
Adiós Nuria, hasta la próxima. Has demostrado con creces que eres una todo terreno y que te adaptas a cualquier situación. Ahora que te has ido, notaré a faltar esas galletas o cualquier tipo de dulce que por arte de magia aparecían de tus bolsillos sin fondo, cuando cansados por el pedaleo, no nos quedaba nada que llevarnos a nuestro vacio estomago.Por cierto, el último día en la capital tuve un pequeño percance con la policía, creando unos momentos de tensión que más vale olvidar. Se ve que querían cobrar un sobresueldo y no tuvieron suerte.
TOM SAI
Al segundo día comenzamos a escalar y en el primer 6b, pegué mi primer vuelo. Mi cuerpo estaba desentrenado y tanto mis brazos como mi espalda notaban el sobreesfuerzo del avance vertical. Pequeñas agujas parecían clavarse en mis articulaciones y mi cuerpo se adaptaba a los movimientos, moldeándome como la rigidez de un robot. Mis hombros y articulaciones se encontraban en ebullición y me costaba realizar algunos movimientos, pero gracias al masaje tailandés todo sufrió un pequeño alivio.
En un chambao de viejas maderas, rodeado por telas mosquiteras que hacen de paredes. Sin luz, y con una brisa de aire procedente de un pequeño motor con hélices. Con olores a menta y eucalipto. Rodeado de aceites de coco, donde unas manos arrugadas por el paso de los años, moldean la piel de los clientes. Tumbado en el suelo, encima de delgadas colchonetas, recibo los primeros acordes de tensión en mi castigado cuerpo. Estimulado por puntos de presión, comienzo a retorcerme entre sensaciones contradictorias de dolor y placer. La masajista, una abuela de avanzada edad, detecta rápidamente los lugares más castigados y untando en mi piel, crema de eucalipto, comienza a trabajar esas zonas. Sin darme cuenta, en un estado de consciencia medio anestesiado, transcurre una hora que percibo como si hubieran pasado unos pocos segundos. Al incorporarme todo sucede más despacio, mi alma parece quererse quedar detrás de mi cuerpo. Mi cabeza comienza a dar vueltas y es entonces cuando la abuela con un susurro de suave voz me dice y repite al oído, slowly, slowly.
Cada mañana, después de despertarme, me estiro en la pequeña terraza del bungaló. En esos silencios es cuando noto la paz que transmite el aislamiento del lugar. En medio del bosque, veo el vuelo imposible del colibrí, haciendo malabarismos jugando con sus minúsculas alas. En completo silencio, con su pequeña envergadura, va introduciendo su pico curvado en el hueco de la roja flor del platanero. Con rápidos movimientos va introduciendo la cabeza, en busca del delicioso néctar. Saciado y sobrado de vitalidad, vuelve a emprender el vuelo en busca de otra flor, hasta que después de varias mañanas descubro que la flor ya fecundada, se cierra con sus sépalos protegiendo su preciada corona de todo nuevo intruso, impidiendo poder ver el vuelo del pequeño equilibrista.
En este viaje me estoy dando cuenta que las sensaciones que tengo al visitar un lugar ya conocido van cambiando. Esas primeras sensaciones que aporta lo desconocido, la novedad, se viven más intensamente, pudiéndose ser para bien o para mal. La cabeza moldeada por las vivencias, siempre se ve sorprendida ante todo aquello inesperado. La mente si no espera nada a cambio, tiende a disfrutar más placenteramente la vivencia debido a que no se ha fabricado ningún tipo de expectativa sesgada por nosotros mismos. Así, cada vez que retorno a sitios ya conocidos tengo que replanteármelos y corregir mi valoración si esta ha sufrido algún cambio. Por cierto, Tom Sai la veo bastante igual…..
El descanso llegaba a su fin y mis planes para obtener el visado de china han cambiado. En las Mama Kitchen, trabaja un argentino ciclo turista el cual me ha informado que en la embajada China de Vientiane te dan la visa para tres meses seguidos. Este dato ha hecho replantearme la situación, así que mis días en Tailandia tocan a un pronto final.
Después de todo este tiempo en el que he estado acompañado tocaba despedirse y separase para que cada uno siguiera su camino. Así que rondaban las 08 de la mañana cuando en la estación de autobuses de Mae Sot nos decíamos Adiós. Un autocar que se dirigía hacia Bangkok, cargaba a los dos Jordis y a Mar hacia sus próximos destinos. Por mi parte tomé un bus que me llevaría hacia Lam Sok i desde aquí subido a mi btt tomaría el camino del norte que me llevaría hasta Vientan, paso previo a la entrada en China.
Hola xavalin! Ja veig k tot et va molt be,,, el blog es una pasada i dona bo llegirlo i veure les imatges,,, sembla una película i aconsegueixes k estguem al bloc amb tu,,,, espectacular tío,,,, relax a un munt veure el k fas,,,, una abraçada crack!!!!
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