viernes, 19 de febrero de 2016

Islas filipinas


Jamas es demasiado. No os parece ? Esta frase suelo repetírmela para recordarme que a veces, el tiempo, carece de valor y uno tiende a recapacitar en ese tipo de  cosas que siempre ha dejado apartadas debido a cualquier tipo de excusas.

Toda persona que se apasiona por una idea, después  trata de realizarla. Mas tarde,  si dicha pasión pierde interés, pasa hacerse obligación y esa tarea va olvidándose hasta que se esconde en algún cajón de nuestra cabeza. Pero, gracias a las experiencias vividas día a día, estas serán mas disfrutables y uno se sentirá mas recompensado por haberlas vivido. He de intentar  que cada momento contenga la promesa del descubrimiento de algo nuevo o diferente. No quiero parecerme a ese tipo de personas cansadas por  multitud de cosas que se les bombardean  a diario sin tener tiempo para disfrutar de los pequeños detalles.

Saltando de isla en isla, me pregunto si podría vivir en una isla de manera permanente . Me suena a priori un poco extraño. Los paisajes paradisíacos me estimulan las sensaciones pero no se si podría aislarme y quedarme el resto de mis días en uno de  estos lugares para siempre. No reniego de lo bonito, pero  la experiencia me indica que el ser humano, al final, suele buscar cambios ya que la rutina acaba destrozando a uno muy  poco a poco. Todo precisa de un proceso de adaptación, que depende de cada persona, así que solo es cuestión de abrirse a lo que nos ofrece este mundo.

Todo puede realizarse, puede que se tarde mas o menos, pero esa es la actitud, aunque aveces uno ha  de ser realista y saber las limitaciones de su proyecto. El calor, junto la intensa humedad  que padezco me van recordando que  los días se hacen cada vez mas largos e  incómodos. El salto entre las diferentes islas, a veces, me acarrea  complejidades técnicas. Algunos puertos son precarios y suelo encontrarme que  las rutas navales han sido  cambiadas. Esto implica moverme a otros puertos y re calcular la ruta. El transitar por las islas fue maravilloso, no tenia prisa y en muchas de ellas  apenas encontraba trafico.

Estas islas, tienen un gran potencial que aun esta por desarrollar. Este factor, juega a mi favor porque encuentras muchos lugares sin que el hombre aun no haya modificado el uso del paisaje. Pude dedicarme a realizar inmersiones y maravillarme de los seres vivos que viven bajo el mar. Las aguas de las islas, son cristalinas y eso mejora la visibilidad que me sumerge a mas profundidad. En uno de esas inmersiones pude conocer un par de chicas californianas, con las que compartí una buena compañía durante un par de días. En cada isla iba encontrando gente interesante e iban surgiendo diferentes historias. Mucha gente se piensa que haciendo estos viajes uno se encuentra a si mismo, no es mi caso, pero en escasas ocasiones  te encuentras  gente a la que te gustaría parecerte.

En el  paso entre dos islas me encontré con un corre caminos filipino. Me arrepiento de haber olvidado su nombre, pero uno de mis muchos defectos es que no puedo  retener  en mi memoria los nombres de las personas. Que le vamos hacer, soy bastante despistado. Dicha persona, llevaba cuatro meses recorriendo su país encima de un monopatín que iba empujando con un largo bastón que le hacia brazo de palanca para poder impulsarse. Compartimos buenos momentos comentando historias vividas, compartiendo información útil para cualquier viajero y experimenté el carácter humilde de los filipinos.

Las islas que visité fueron las siguientes Mindoro, Panay, Negros, Bohol, Leyte, Mindanao, Siargao, Cebu y Palawan. Todas tienen su encanto y lugares increíbles, pero si tuviera que elegir una de ellas para perderme, creo que me quedaría con Siargao. Los recuerdos de todas ellas fueron gratos y me encontré con gente muy amable, con ganas de comunicarse con el extranjero y compartir su tiempo conmigo.


En todas las islas es muy fácil  moverse con la bicicleta, no existe mucho trafico, excepto en la ciudad de Cebu, donde la cosa cambia. La isla de  Siargao, es un lugar famoso por su spot de surf llamado Cloud 9, aunque la isla tiene infinidad de lugares para practicar dicho deporte. Mi experiencia con el surf en dicha isla no fue enriquecedora. El primer día tuve un problema con el reef y me hice varios cortes con el  coral, la cual cosa me hipotecó el resto de mi estancia en mi confortable hamaca. Esos días transcurrieron tranquilos y me dediqué hacer tareas de ayuda en una familia local.Que humildad tiene esta gente, son pobres pero viven con dignidad. Observando esa pobreza, surgen momentos en los que no debes decidir para no traicionarte a ti mismo. Viviendo en medio de tanta escasez  te se abren los ojos  y te das cuenta  que somos muy afortunados, por que sin ser ricos tenemos todo lo necesario para vivir con dignidad.


En este país, pude observar como había iglesias esparcidas por multitud de lugares, recuerdos de una imposición, ejercida `por el afán de los españoles en  colonizar el nuevo mundo. Para mi, la religión es como un cáncer. Unos pocos, se inventan unas normas o pautas,  llamarles como queráis y a partir de aquí, se montan uno de los mejores negocios que existen. Pero valgame la redundancia, lo  que mas me molesta es que los que no somos creyentes, tenemos que proyectarnos una imagen de un ser superior para poder negar  esa metáfora de un ser superior.